Para el cante flamenco no hace falta tener un tono de voz específico o un tipo de voz en concreto, se puede cantar con la voz que cada uno tenga. No es necesario tampoco una voz específicamente aguda o grave, ni un timbre oscuro o claro. Dentro del cante, en las diferentes etapas del flamenco encontramos todos los tipos de voces, desde la más rota hasta la más fina; incluso el falsete de Pepe Marchena alterna con la rugosidad del Tío Borrico y el peso o la nasalidad de Mairena, todo ello siempre dependiendo de múltiples factores como pueden ser el gusto o la moda que este en ese momento. Cada persona tiene una voz para cantar y es exclusiva de cada una, con lo que todas son válidas para el cante flamenco, siempre y cuando se realice sin una voz impostada, tal y como ocurre en el canto lírico. Lógicamente, sin unas condiciones mínimas de tempo y afinación es complicado que se de bien el cante.
En las personas que comienzan a cantar flamenco o que comienzan a aprender la técnica del cante, se puede observar muy claramente y abreviando, que hay tres tipos de factores diferenciables:
El cante, como toda música de tradición oral, no está escrito en ningún lado, sino que gracias a la imitación podemos lograr conseguir aprenderla. Hay que saber que, con la melodía, se transmiten a la vez de manera intrínseca un conjunto de recursos vocales y una forma de frasear que hacen que esa melodía se transforme en una melodía flamenca. Por esto mismo mi consejo es que cuando alguien comience a estudiar el flamenco o el cante, se imite en conjunto todo y no se comience por dividir la melodía de la forma de cantarla, ya que sino no sonará de manera flamenca. Los distintos cantantes de otros estilos de música que comienzan a hacer sus pinitos con el flamenco, lo primero que observan, es que a pesar que son capaces de memorizar la melodía, son incapaces de hacer que suenen o que tengan ese toque flamenco tan característico. Para empaparse de toda esta información, es imprescindible estar en contacto con el cante, bien sea con los propios cantaores en directo (conciertos, juergas, clases…) o con la repetición de escuchas de grabaciones de los maestros del cante flamenco. Acordamos entonces que lo primero y principal, es escuchar horas y más horas de melodías. A pesar que suene a evidente, es clave insistir en ello porque sólo cuando se tenga claro qué se quiere imitar, será posible hacerlo. Con lo cual es clave y básico escuchar mucho cante para ir asimilando la mezcla de las melodías, con sus recursos vocales y el fraseo. Después, cuando uno trate de reproducirlas, tiene que hacerlo cantando con su voz natural, sin forzar la voz y sin afectación. Para acabar, siempre que se cante y durante todo el tiempo que dure la actividad, hay que mantener una absoluta conciencia corporal
El punto de comienzo en el cante flamenco es el mismo que al hablar. Hablamos que el cante es como hablar y por eso es imprescindible tener cierta fluidez hablando con la lengua en la que se canta y es fundamental, comprender el texto que se está cantando para realizarle un sentido interpretativo. En el cante el rango de frecuencias agudo es un tema aparte. Cuando comento que no se debe forzar la voz es porque, en los comienzos las personas realizan los agudos sin apoyo, dejando todo el trabajo para la laringe. A consecuencia de esto, tendremos una voz rajada propia del estilo, pero dañada, a veces de manera irreversible. Es primordial saber rajar la voz sin hacerse daño y esto pasa solo cuando ocurren varios condicionantes:
El tercer requisito indispensable en el flamenco, es el fraseo. Junto con escuchar horas y horas de cante y la de cantar con voz hablada, es la principal base para poder realizar el estilo del cante de una manera solvente. Si lo que estás buscando es escuchar un cante flamenco o un espectáculo flamenco en Barcelona, te proponemos visitar y ver el espectáculo que ofrecen en el Palacio Flamenco de Barcelona.